*Conocidos popularmente como dimes, estas monedas representan gran atractivo para los aficionados a la numismática
*El dime más caro se vendió en enero de 2016 por una cantidad que rozó los dos millones de dólares
La numismática, es decir, el estudio y coleccionismo de monedas, es una de las prácticas de acopio más extendidas por el mundo. No solo eso, sino también es una de las más respetadas, ya que está íntimamente vinculada al estudio y análisis de la historia.
Aunque dicha práctica se refiere a la colección de todo tipo de billetes y monedas, en EU existe una moneda en especial es importante: la moneda de diez centavos, conocidas comúnmente como dimes.
Producidas por el United States Mint, entidad del gobierno creada en 1792 y único organismo autorizado para la producción de monedas en el país, los dimes son las monedas más pequeñas y ligeras del sistema monetario.
Esto debido a que, en un principio, fueron elaboradas en un 90% en plata y 10% de cobre, por lo que su valor neto no podía rebasar el valor que representaban. Esto cambió a partir del Acta Monetaria de 1965 que mandó retirar la plata como componente principal.
Sin embargo, los dimes se categorizan para su colección según su valor histórico y no por su proceso de elaboración.
La moneda de diez centavos más famosa (y cara) de la historia es el 1894S Barber Dime, rareza cuya elaboración se remonta al año citado en San Francisco.
Acorde con un comunicado de prensa de la casa de subastas Heritage, el 1894S Barber Dime tuvo su origen porque en ese año la sucursal del US Mint en San Francisco produjo apenas 24 ejemplares de esta moneda debido a la recesión del año anterior.
Cinco de esos ejemplares fueron resguardadas en las oficinas del US Mint en Philadelphia y San Francisco, algunas otras fueron obtenidas por el personal de la casa del organismo, mientras que el resto -no se sabe cuántas- fueron puestas finalmente en circulación.
Una leyenda popular rodea a la creación de estas monedas: supuestamente, John Dagget, director de la casa de moneda de San Francisco, regaló tres de estas a su hija y la niña, de manera inocente, habría gastado una de ellas en un helado; la historia, sin embargo, carece de sustento según los expertos. Al día de hoy, se sabe de la existencia de apenas nueve ejemplares del 1894s Barber Dime. La peculiaridad de la historia detrás de estas monedas propició que su valor alcanzara una cifra millonaria en enero del 2016, cuando la casa Heritage vendió uno de estos ejemplares en nada menos que $1,997,500 de dólares a un comprador anónimo en Tampa.
Aunque el precio del 1894S Barber Dime sobrepasa por mucho el valor de otros dimes de coleccionista, existen otras variedades cuyos montos no son nada accesibles y se cotizan en decenas de miles de dólares.
Los dimes, tal como otras monedas, han tenido diferentes particularidades a lo largo de la historia; rasgos como el periodo histórico en el que se fabricaron, algunos errores y, sobre todo, las limitadas existencias que se produjeron de algunos de ellos, es lo que los hacen más atractivos para los coleccionistas.
Según el sitio de venta especializada David Lawrence, otro de los dime más caros es el 1891-O 10c NGC Proof 66, una moneda producida en julio de 1891 que no circuló en el mercado y presuntamente fue hecha a manera de prueba. Su precio: $92,250 dólares.
Otro de los más caros es el 1804 10c NGC VF20, que a diferencia de otros tiene inscritas 14 estrellas en el anverso de la moneda y una águila en el reverso; el precio por ella es de $32,000 dólares. Fuente:
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